Emilia y María del Cisne, víctimas de la violencia
En el Ecuador, el 67,9% de niñas entre 10 y 15 años han sido víctimas de violencia; mientras que en la provincia de Loja, según un diagnóstico de 2014, 3 de cada 10 niñas, en edades de 9 a 12 años, señalaron “que alguna vez alguien tocó sus genitales”.
Estas son cifras que maneja la organización no gubernamental Plan Internacional Ecuador y que reflejan la realidad que atraviesa la niñez, pero que se hace más visible cuando se registran, o se hacen públicos, casos como el de Emilia B. y María del Cisne C. Ambas menores tuvieron un final trágico. En el primer caso se confirmó su asesinato, mientras que en el segundo, tras cuatro años de desaparición existe un autor confeso del delito de violación con muerte de la menor.
Freddy Romero, gerente de Plan Internacional en la provincia de Loja, menciona que la violencia se está volviendo normal. “Estamos viviendo en una sociedad, en el país y en el mundo, en donde la violencia cada día se le ve con más normalidad”.
En este sentido, menciona Romero, los casos de María del Cisne y Emilia si bien son emblemático, no son los únicos, pero muchas de las veces no se denuncian, se quedan retenidos en los sistemas de justicia o por falta de recursos económicos prefieren dejar todo ahí.
Esto genera que estos casos se presenten y se hace necesario hacer un trabajo más fuerte con los niños, con los padres y así la violencia vaya disminuyendo.
Asimismo, para Romero, los temas de maltrato, y sobre todo cuando se habla de violación y asesinato, no pueden dejar de preocupar, porque se trata de la vida de dos niñas. “Frente a la violencia, sexual o ante cualquier tipo de violencia contra niños, niñas o adolescentes, no podemos inmutarnos”, enfatizó.
Seguridad
Para Ángel Benavides, padre de Emilia, los casos registrados son similares y asevera que es necesario seguir apoyando la labor de las autoridades. Reconoce la función de la Fiscalía y asevera que ha sido un trabajo sin descanso el que desarrollan.
El progenitor considera que esto solamente el inicio, porque se debe hacer conciencia que existen en Loja asesinos, personas malas, y ante ello es necesario hacer algo. “Los padres de familia no podemos vivir con este temor”, recalca Ángel Benavides, quien señala que nadie debe dejar de lado el cuidado de sus hijos y llevar mecanismos de educación efectivos en temas de seguridad.
En Loja las circunstancias han cambiado y se debe tener más cuidados con los hijos, recalca el padre de Emilia.
Un recuerdo
En la gruta de la Virgen de Lourdes, en la iglesia de San Sebastián, Emilia y su padre se arrodillaban para rezar por la aparición de María del Cisne. “Yo le decía que Dios y la Virgen les escuchan más a los niños”, eran las palabras que Ángel Benavides le decía a su hija para motivarla a orar por la niña que en ese entonces, hace cuatro años, estaba desaparecida.
Emilia esto lo tomó como algo personal e hizo un hábito el orar cada noche por María del Cisne y cuando rezaban el rosario de igual forma pedía que aparezca pronto. “Mi amiga María del Cisne”, era las palabras de Emilia cuando elevaba sus oraciones por la niña que desapareció en enero de 2014.
Todo esto lo recuerda hoy Ángel Benavides, sobre todo por los nuevos indicios de las aparentes circunstancias que rodean el caso y la aparición del presunto autor del hecho.
“Son amigas unidas en el martirio, unidas en su inocencia, unidas en su santidad, porque las dos son santas y deben cuidarnos y proteger a los demás niños y niñas”, expresó el afligido padre de Emilia, quien ahora espera que exista una sentencia en el caso de su hija. (OGS)
Psicosis social
Richard Ruiz, Psicólogo
En Loja existe una psicosis social por lo que sucedió en días anteriores con Emilia, ya que las familias temen que un comportamiento grupal (banda de individuos) pueda afectar a sus vástagos.
Ante los hechos sucedidos en los últimos días con la niña María del Cisne, la ciudadanía lojana está en un estado de depresión. La violencia extrema que sufrieron las victimas hace sentir a las familias temor que algo puede pasar a sus hijos, lo que genera miedo. Si esto no es manejado, se produce un estado mental, que le lleva al individuo a experimentar desconfianza ante los demás.
Esta desconfianza puede generar ansiedad, miedo… En algunos niños terror nocturno; lo que debe ser evaluado por un especialista. (O)
Fuente: Diario La Hora